Pensando la propiedad


¿racional o animal?
La mayoría más importante de las sociedades del mundo se manejan económicamente mediante algún sistema de propiedad. El sistema de propiedad más difundido hoy día es el de la propiedad privada; también hay algunos casos en los que la propiedad es Estatal, propio de los países seudo-comunistas (como Cuba, Corea del norte, Vietnam, China, y como lo ha sido también la Unión Soviética). Este es una mera variante del primero, que en otra ocasión se podrá tratar también.
Por otro lado, en algunas sociedades la propiedad es comunal, aunque estas son menos numerosas y se suele dar en ámbitos más reducidos. Por ejemplo, tribus nativas de América y África, granjas sociales y demás, donde el número de habitantes y la producción son de pequeña escala.
Desde los años de la Ilustración que se viene sosteniendo el mito de que la propiedad privada es fundamental para la subsistencia de las sociedades y asegurar la libertad de sus individuos, todo esto montado sobre los irrefutables fundamentos del racionalismo. A dos siglos de la Revolución dos Francesa ya, es hora de desterrar la fábula triangular de propiead-racionalidad-libertad.
Por ejemplo, Hobbes afirmaba en su libro Leviatán que los hombres en su "estado de naturaleza" vivirían en guerra constante ya que no existen reglas de juego y cada uno actuaría guiándose por sus instintos. Y por eso sería necesario cederle el mando a alguien, que convoque a un convenio entre los hombres y vigile que tales leyes se hagan respetar. Es ahí el Estado quien defiende la propiedad privada, para que no se atente contra ella perjudicando a los hombres y a la supuesta libertad que esta les otorga.
Pero ¿cuán racional es un sistema en el que se asegura por la fuerza que unos tengan pleno poder sobre la posesión de un bien o un terreno, a cambio de que otros no lo tengan?
El sistema presupone una maldad intrínseca de los hombres, predispuestos a atentar contra la propiedad de manera perjudicial bajo la influencia de sus pasiones. Entonces, ¿es el hombre un ser racional o un lobo? Es algo paradójico.
Los animales se comportan de esa manera porque no tienen la posibilidad de asociar ideas ni intercambiarlas. No podemos esperar que un perro le diga a otro: "Tengo hambre, ¿me das un poco de esa comida?" no, lo más probable es que el perro le de un tarascón defendiendo lo suyo. Por eso la naturaleza los deja en una especie de ley del más fuerte donde cada uno sobrevivirá como puede, valiéndose de sus instintos salvajes.
Pero como dicen esos mismos racionalistas: el hombre es un ser racional. Y si es un ser racional entonces es capaz de superar ese estado de naturaleza por sí solo. Está bien para los perros, pero las personas pueden llegar a ir más allá de ese comportamiento que hasta ahora ha generado condiciones de desigualdad más que nada. Dejar de lado los instintos egoístas que nombra privilegiados propietarios exclusivos de determinadas cosas para pasar a administrar sabiamente los bienes y las tierras, distinguiendo las necesidades de los deseos caprichosos y ambiciosos que permiten acumular toda clase de porkerias a unos pocos y evitar que obtengan alimentos y medicinas unos tantos otros.
Es claro que no posee más quien más trabaja, así como también es bastante evidente que los más carentes de recursos jamás podrán llegar a desarrollarse plena y libremente en ningún aspecto de la vida. Y gracias al sistema, estarán igualmente condenados sus hijos, y así.. Además, ¿qué persona puede ser económicamente exitosa en este mundo si se comporta de manera solidaria? ¿Qué proporción de personas en el mundo llegaron a acumular riquezas honestamente y a costa de un sobreesfuerzo en su trabajo? Podemos presuponer la irracionalidad del hombre, pero no una maldad intrínseca. La maldad es consecuencia de sus experiencias en un sistema egoísta; la irracionalidad, en cambio, se puede dejar atrás mediante la instrucción y la concientizaciación, mediante una formación responsable y solidaria de los individuos existentes y los que vendrán.

La abolición terminante de la propiedad podría ser un tanto violenta, es cierto. Pero mientras se da a conocer la posibilidad de dejar de lado ese sistema, se puede comenzar exigiendo que tierras desocupadas, materiales en desuso, o viviendas abandonadas sean cedidas, por ejemplo. Esto ocurrió ya en algunos países y demostraba resultados positivos: Rusia, España, Venezuela... hasta que el odio de los gobiernos y la intervención de algunos grupos de interés como partidos políticos o líderes sindicales las llevaron a su fin, o a una degeneración total.
Difícilmente obtendríamos una resistencia mayoritaria de las personas para llevar a cabo este proceso: son muy pocos los privilegiados por la propiedad, el resto sufre y muere.